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Respondiendo al llamado: Por qué es importante ser misionero latino

Escrito por Gabo | 23.8.2023

Durante muchos años en el pasado, Latinoamérica fue un lugar donde miles de misioneros de otros países invirtieron, prácticamente sus vidas, para que la gente escuchara del amor de Jesús y el plan de salvación. Hoy, varios años después, el número de cristianos en la región es grande y sigue incrementando. Personalmente, creo que el hecho de que mi familia y yo seamos cristianos es porque en el pasado alguien decidió dejar todo lo que conocía y tenía, sacrificar presente y futuro, ser obediente a Dios y fue a hacer lo que Dios le dijo que hiciera; por lo que ser latino y ser misionero internacional es una forma de honrar e imitar lo que ellos hicieron en el pasado. La comunidad cristiana latina tiene que empezar a decir sí a ir y hacer discípulos.

La comunidad cristiana latina tiene que empezar a decir sí a ir y hacer discípulos.

 

Desde mi opinión, creo que Latinoamérica pasó de ser una campo misionero a semillero misionero. Claro que aún hay zonas y lenguas en los países latinoamericanos donde el Evangelio no ha sido escuchado, pero me encanta ver y conocer a misioneros europeos, americanos, asiáticos y de otras regiones siendo las manos, los pies y la boca que esta apasionadamente llevando el Evangelio a esos lugares. Los jóvenes latinoamericanos tenemos que empezar a decir si a Dios, sí al llamado misionero y sí a llevar el Evangelio a otros países del mundo. Un simple sí, simple obediencia.

Hoy, tengo la oportunidad de ser un misionero mexicano en Alemania y conocer a otros misioneros mexicanos y latinoamericanos en otros países cuyas culturas son más frías o serias. Y traer un refresco del Evangelio (no de la Biblia o la esencia del mismo, pero de la forma en la que se presenta) a la forma latinoamericana es muy necesario, porque básicamente traemos esa forma “latinoamericana” de hacer las cosas, la cual es más extrovertida, abierta, cálida, que incluye a la gente (hace comunidad) y busca conectar gente, a lugares donde no es lo que la gente espera. Eso puede y está marcando una diferencia en las naciones.

Ahora, sé, por que yo lo he experimentado y lo sigo experimentando, que como latinoamericanos tenemos muchos retos al buscar emigrar como misioneros: finanzas, procesos migratorios o idioma. En mi experiencia y lo que yo puedo decir al respecto es: confiar y actuar. Confiar en Dios, Él lo conoce todo, lo sabe todo y es quien abre y cierra puertas. Actuar, a fin de lograr eso que es parte de nuestro llamado, ya sea presentar papeles, buscar gente que apoye económicamente o estudiar un idioma.

Hace unos meses un pastor peruano aquí en Nuremberg me dijo algo que se quedó marcado en mi corazón y seguramente hará sentido para los latinoamericanos que lean esto:

Cuando tú invitas a alguien a comer en Latinamérica, quien paga?
De la misma manera, cuando Dio te invita a ser parte del ministerio de misiones en el mundo, no te preocupes, Él paga.